Una vez que entra el otoño llega el momento de afrontar los tratamientos en los pinos de cara a las posibles plagas de 'procesionaria'. En general los operarios aplican en dichos árboles prácticas con un enfoque de tipo biológico y no tóxico, para cumplir así con el uso sostenible de unos productos fitosanitarios que respeten el medioambiente y la salud de las personas.
Aunque el método sea completamente ajeno al empleo de químicos, la idea sigue siendo acabar con la plaga. Para que esto se lleve a cabo de una manera adecuada, el tratamiento debe ser aplicado exclusivamente por personal cualificado y acreditado, como el perteneciente a COPLAGA. La procesionaria puede provocar un lamentable perjuicio estético, además de efectos urticantes en las personas y los animales domésticos, sobre todo en la cercanía de zonas recreativas, parques y jardines.
Se recomienda no tocar ni manipular estas orugas, para así evitar reacciones alérgicas. El objetivo de fondo es paliar las plagas de procesionaria, siendo de las que más afectan a las especies forestales que forman parte de nuestro paisaje mediterráneo, con elementos vegetales tan emblemáticos y de tan gran valor ornamental.
Es importante que los trabajos de cuidado de las especies vegetales de cada población se realicen una vez que se ejecute la poda, y con un tratamiento en el que se combinen la endoterapia curativa y la preventiva sobre las diferentes variantes arborícolas.
Para desarrollar un tratamiento que no solo controle la presencia de la procesionaria del pino en nuestros árboles sino que además pueda afrontar una labor preventiva de cara a futuras temporadas, lo mejor es ponerse en contacto con especialistas como los que tiene COPLAGA, a través de los teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).
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