El cambio climático es un problema global que puede causar graves alteraciones en el ecosistema y perjudicar a la gran mayoría de los seres vivos, aunque los científicos advierten de que hay algunas especies como las ratas que podrían convertirse en las grandes beneficiadas de esta circunstancia.
Expertos de la Universidad de Cornell (Nueva York) estiman que para finales de siglo los termómetros habrán subido en nuestro planeta una media de dos grados. Se da la circunstancia de que las ratas soportan mejor las altas temperaturas, por lo que el calentamiento global convertiría a las grandes ciudades en hábitat idóneo para su reproducción.
Estos roedores se desenvuelven bien en un contexto de inviernos más cálidos y veranos más calurosos todavía. De hecho, suelen huir de lugares fríos y húmedos. Aunque vivan cómodamente con temperaturas de alrededor de 25 grados, su hábitat perfecto estaría en torno a los 30 grados.
A ello hay que sumar el rápido periodo de gestación de las ratas, de apenas 14 días, y la capacidad de las crías de empezar a reproducirse con tan solo un mes de vida. Si hacemos una proyección, 20 millones de ratas podrían procrear más de 18.000 roedores en un año.
Otro factor importante a tener en cuenta es que un aumento de las ratas en las ciudades puede acarrear efectos negativos para la salud, debido a que son portadoras de parásitos y pueden transmitir diferentes enfermedades.
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