lunes, 13 de julio de 2020

Cómo diferenciar entre antisépticos, desinfectantes y biocidas a la hora de combatir el coronavirus


La forma de actuar en la limpieza y desinfección ha cambiado considerablemente desde la llegada del coronavirus. Existe debate sobre cuál es el producto más adecuado, con la mayor seguridad y efectividad posibles. Hoy nos detendremos en marcar las diferencias entre antisépticos, desinfectantes y biocidas.

Todos ellos son productos de limpieza y desinfección, pero se pueden confundir. Sirven para atacar a diferentes microorganismos como los virus, las bacterias y los hongos, pero lo hacen de forma muy diversa y con unas condiciones específicas cada uno.

Los antisépticos son sustancias químicas antimicrobianas, que se aplican sobre un tejido vivo o sobre la piel. Son los adecuados para la limpieza de la piel y de las manos. Los antisépticos para piel sana deben estar incluidos dentro del registro de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Los desinfectantes son sustancias químicas antimicrobianas, que se aplican sobre superficies, materiales y objetos inanimados. Acaban con los microorganismos pero no con las formas resistentes. Pueden ser muy efectivos, pero hay que contar con que ninguno es universalmente eficaz. Igualmente, algunos químicos son buenos como antisépticos, pero no son efectivos como desinfectantes, y en cambio otros desinfectantes resultan tóxicos como antisépticos.

Los biocidas son sustancias o la mezcla de varias sustancias activas, entre las cuales se incluyen los microorganismos. Dentro de ellos se encuentran los desinfectantes virucidas, y son productos necesarios para el control de los organismos nocivos para la salud humana.

Existen 22 tipos, clasificados en cuatro grupos: desinfectantes, conservantes, plaguicidas y otros biocidas. En nuestro caso nos centramos en dos que se incluyen en el primero de ellos: los TP1, para la higiene humana; y los TP2, desinfectantes y alguicidas no destinados a la aplicación directa a personas o animales.

Para una correcta aplicación es conveniente seguir las normas y protocolos marcados por el Ministerio de Sanidad y leer el etiquetado. El Reglamento de Etiquetado se basa en el Sistema Globalmente Armonizado de la ONU, y su propósito es garantizar un alto nivel de protección de la salud y el medio ambiente, así como la libre circulación de sustancias, mezclas y artículos.

Los pictogramas de peligro son imágenes que aparecen en las etiquetas e incluyen un símbolo de advertencia y colores específicos, destinados a proporcionar información sobre el daño que una sustancia o mezcla en particular puede causar. Se recomienda en lo posible utilizar productos sin pictogramas CLP.

Una vez claro qué debemos limpiar y sobre qué superficie, podremos hacer un trabajo efectivo (con el limpiador adecuado) y seguro para la salud de los usuarios y del medio ambiente.

Si eres propietario de un establecimiento, empresa u oficina, o quieres contar con asesoramiento profesional especializado para eliminar cualquier posible rastro de infección del COVID-19 de tu domicilio, ponte en contacto con COPLAGA a los teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para Sevilla).

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