Pocas veces se conciencia a los ciudadanos sobre el riesgo de plagas que supone un gesto tan habitual como echar migas de pan a las palomas o los patos o dar de comer a los gatos. Alimentar a los animales ajenos en la vía pública no sólo no está permitido, sino que genera un constante problema de salud pública, ya que los restos de comida favorecen la proliferación de plagas.
Aunque pueda parecer que se está haciendo algo "amable" con los animales, en realidad se favorece una excesiva proliferación de estas especies, alterando sus modos de vida y sus ciclos naturales de reproducción, ayudando a que se multipliquen con mayor facilidad, lo que les convierte en sí mismos en una plaga.
De hecho, los Ayuntamientos reciben centenares de denuncias cada año por molestias ocasionadas por palomas y solicitando capturas. Además, los restos de esa comida arrojada en la calle impulsan otras plagas añadidas, como las ratas o las cucarachas.
Las plagas a su vez pueden ser un vector para la transmisión de enfermedades a los humanos, además de provocar molestias y rechazo. En este sentido, la colaboración ciudadana es imprescindible. En las ordenanzas de algunas poblaciones está recogido que la alimentación de gatos callejeros sólo puede hacerse por parte de personas autorizadas en las colonias felinas.
Otro problema importante a colación con este es dejar basura fuera de los contenedores, ya que los restos acaban en las aceras y atraen también a otras plagas no deseadas, lo que conduce a tratamientos de desratización y desinsectación.
Paralelamente a campañas concretas, los Ayuntamientos deben trabajar en el control integral de plagas, a través de la adjudicación de servicios a empresas especializadas. Mediante estos contratos se trataría de impulsar un programa integral, no sólo sea de tipo correctivo a partir de la actuación ante quejas y denuncias, sino que también permita prever la presencia de plagas con tratamientos anticipados, antes de causar molestias.
En este ámbito deberían incluirse un diagnóstico de la situación inicial y anual; la elaboración de ese plan integral, que abordaría la necesidad de tratamientos en diferentes zonas de titularidad municipal; y la monitorización y tratamiento de todos los registros de alcantarillado público frente a roedores e insectos; sin descuidar la atención a solicitudes, denuncias y avisos.
Si gestionas el área de salud ambiental de algún Ayuntamiento y quieres afrontar el control de las plagas que directa o indirectamente genera la alimentación de animales urbanos, o si más allá te inclinas por desarrollar un plan integral, ponte en contacto con COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).
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