La procesionaria se ha convertido en el principal enemigo de los pinos españoles. Puede llegar a afectar a gran parte de nuestros bosques, ya que casi la mitad de ellos están constituidos por coníferas. Sin embargo, su gran peligro viene por los riesgos para la salud humana y la de nuestros animales de compañía.
Cada oruga cuenta con unos 500.000 pelos urticantes, que se desprenden con gran facilidad. La intoxicación en forma de sarpullidos pueden derivar en conjuntivitis y en problemas respiratorios graves. El riesgo se incrementa en las mascotas, especialmente de los perros. El contacto de esos filamentos tóxicos con la lengua del animal puede provocar una necrosis en los tejidos bucales, y en muchos casos la muerte por asfixia.
Actualmente existen varios tipos de tratamientos contra la procesionaria, que varían según la fase larvaria en que se encuentre el insecto y el lugar donde se disponga. Desde COPLAGA apostamos por abordar el problema antes de que las orugas aparezcan, aprovechando el otoño, en el momento en el que la procesionaria se encuentra incubando en los árboles. En esta estación todavía no son visibles y, por tanto tampoco peligrosas. Nuestro tratamiento fitosanitario se aplica ahora para evitar encontrarnos más adelante con la presencia de orugas.
Si tienes bajo tu responsabilidad una población de pinos que pudiera estar amenazada por la procesionaria (con el posterior perjuicio para personas y animales), puedes ponerte en contacto con COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).
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