Estorninos: el objetivo es desplazarlos a predormideros fuera de las ciudades

En los últimos 20 años los estorninos han acarreado diversos problemas en algunas poblaciones. Sus aglomeraciones (en algunos dormideros se han contabilizado miles de aves) generan ruido, un cúmulo de excrementos y la percepción de riesgo entre los ciudadanos, circunstancia que ha conducido a la adopción de medidas de control poblacional por los Ayuntamientos afectados.

La presencia de los estorninos en un ambiente urbano es ocasional y limitada a los predormideros y dormideros. Los dormideros urbanos son un fenómeno relativamente nuevo, y las causas por las que los producen son complejas. No obstante podrían considerarse hipótesis, como los microclimas urbanos, la protección adicional frente a depredadores o la proximidad de fuentes de alimentación.

Como en cualquier otro operativo de control de plagas, cada caso es diferente y requiere una aproximación singularizada. No obstante, el objetivo siempre presente es disuadir a las aves para que cambien el dormidero urbano elegido por ellas por otro localizado en otra ubicación, usualmente a las afueras de la ciudad.

Desde el punto de vista histórico, se han intentando con muy diversos resultados métodos para su desalojo, como la caza regulada, el ahuyentamiento, la emisión de “llamadas de alarma”, el vuelo de aves de presa, la luz láser, el riego de los árboles, la poda de los árboles o las protecciones anti-aves en las fachadas.

En todo caso, y dado que el control de los dormideros es muy complicado, se remarca la importancia de la prevención y de la vigilancia continua de la ciudad. Si la presencia es ya patente, se establecería una estrategia que intentara fijar a las estorninos a predormideros ubicados en localizaciones periurbanas menos “problemáticas”, disuadiéndolos de volar hacia los dormideros.

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