lunes, 30 de noviembre de 2020

Termitas (I): sus especies y la importancia de una inspección experta


A aquellos organismos que se alimentan de los componentes principales de la madera, como la celulosa o la lignina, se les denomina xilófagos. Tanto algunos hongos como insectos como las termitas (de las que nos ocuparemos en los posts de hoy y mañana) se incluyen en esta clasificación, y pueden producir serios daños y alteraciones en el mobiliario e incluso en la estructura de una construcción.

El deterioro que causan las termitas en la madera puede desembocar en la destrucción de esos elementos, lo que las hace más peligrosas de lo que en apariencia pudieran parecer. Conviene atajarlas a tiempo, porque una vez que han producido un enjambre pueden abandonar volando la colonia para formar otras. Además no irán muy lejos, sino a distancias más bien cortas porque son malas voladoras.

Dentro de las termitas distinguiremos dos familias. La Kalotermitidae incluye a su vez a varias especies. La Cryptotermes brevis está presente en varios continentes, y ha sido introducida con el paso del tiempo a través de las mercancías. La Kalotermes flavicollis se puede encontrar en regiones mediterráneas con mayor humedad, y en su caso ataca a la madera de los árboles y de las cepas de vid y a las pertenecientes a la construcción y a los hábitats humanos.

De la familia de las Rhinotermitidae resaltamos también varias especies. La Reticulitermes grassei tiene su origen precisamente en Andalucía, aunque posteriormente se ha ido expandiendo por toda la Península Ibérica e incluso ha llegado hasta Francia. La Reticulitermes banyulensis nos lleva igualmente hasta ese país vecino. Debe su nombre a una localidad de Banyuls sur Mer, próxima a la frontera con Girona.

Sin marcharnos de la propia Francia, la Reticulitermes santonensis es una evolución de la Reticulitermes flavipes que llegó hasta allí por la madera de roble transportada desde Estados Unidos y Canadá en el siglo XVIII para la fabricación de toneles para el vino y para la construcción de viviendas. Por último, cabe resaltar que desde 2018 se han detectado poblaciones de la Reticulitermes flavipes en nuestro país, concretamente en Tenerife.

Diferentes elementos de madera de las edificaciones, desde el mobiliario y la madera de carpintería de la casa hasta la madera estructural pueden ser víctimas de las termitas. La importancia de atajarlas a tiempo ha llevado a que no sean pocos los proyectistas que se planteen medidas preventivas frente a ellas ya desde el momento previo a afrontar la construcción de una edificación.


Inspección exterior e interior de la edificación

La identificación de las termitas es una tarea que a veces resulta difícil, porque a los adultos solo se les puede ver en un período de tiempo muy corto. Esto hace precisamente que la observación de las señales y huellas sobre la madera se convierta en vital para su detección.

Son muchas y muy diversas las evidencias que pueden dejar las termitas de sus ataques. Esto incide en la importancia de llevar a cabo una seria inspección previa a la intervención sobre la posible infestación. De esta manera delimitaremos claramente qué organismo es el responsable del ataque y el nivel de deterioro que ha producido. En términos generales, habrá que diferenciar entre la inspección en el exterior y el interior de la edificación.

Se debe comenzar por el exterior, observando entre otros factores si hay ejemplares alados, la posible humedad en las paredes y muros, el estado de los materiales de la construcción y cualquier anomalía en el terreno. Este protocolo nos ayudará a evaluar con qué dificultades nos podremos encontrar si hubiera que hacer un cerco perimetral por la presencia de termitas subterráneas, o si halláramos alguna evidencia de ataque en las maderas exteriores.

Ya en el interior de la edificación, empezaremos por analizar el suelo, con objetivo del establecer una barrera que aísle a las termitas y les impida el acceso. Respecto a la madera en sí, habrá que acometer dos fases, una primera con barreras tóxicas para combatir las larvas que pueda haber en su interior y unas medidas preventivas posteriores para evitar posibles ataques en el futuro.

En cuanto a estos focos, habrá que prestar una especial atención por razones obvias a aquellos elementos de madera que se encuentran en contacto con los muros o elementos de construcción, y que son estructurales para ella, como la cubierta del tejado, las tarimas flotantes, los dinteles, los cercos de los marcos, los frisos o los zócalos y rodapiés, entre otros.

Para tener una absoluta garantía en el proceso de inspección ante una posible infestación de termitas (un paso vital para una correcta erradicación posterior), ponte en contacto con personal experto como el de COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla). 

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