Tras las termitas (de las que hemos hablado estos dos últimos días), los insectos coleópteros son los que producen más daños en la madera, si tenemos en cuenta su valor económico. En cuanto a su presencia en las construcciones, la carcoma de los muebles es la plaga más común, aunque como veremos no es la única.
La carcoma de los muebles pertenece a la familia de las Anobiidae. La podemos encontrar también en maderas estructurales y de otro tipo. De la misma familia, el "escarabajo de la muerte” ataca en estado salvaje la madera muerta de árboles frondosos. Se le observa muy raramente en el exterior, instalándose en la madera en el interior de las casas y en los muebles en particular.
Al escarabajo "reloj de la muerte” le viene su nombre tan curioso a consecuencia del sonido que hacen los adultos en el interior de la madera, como el tictac de un reloj. Es más audible en el silencio de la noche, y corresponde a las llamadas para su apareamiento.
Dentro de la familia de las Lyctidae se encuentran varias carcomas, como la del parquet, que además de a este suele atacar a elementos estructurales de maderas puras y a artesonados, entre otros. La del polvo se diferencia de la del parquet por sus finas hileras de pelillos que tienen en sus alas rígidas y duras.
Perteneciente la familia de las Cerambycidae, el "capricornio doméstico” puede producir daños graves en maderas usadas en la construcción de las casas, sobre todo para vigas y maderas de los techos. Allí encuentran la temperatura alta que necesita para su desarrollo. Ataca sobre todo a las coníferas, ya sea de árboles vivos, recién talados, troncos o madera almacenada. También podemos encontrarlo en muebles, leña para calefacciones y estufas.
Otra especie son los Hesperophanes sericeus, que ponen sus huevos preferentemente en fisuras de la madera, armazones de los tejados, muebles, pavimentos de madera y todo tipo de marcos. Por su parte, la Aredolpona rubra rubra ataca solo a maderas de coníferas humedecidas, por lo que es difícil encontrarlas en las instalaciones relacionadas con el hombre, salvo que haya elementos humedecidos o un bosque en las proximidades.
Dentro de la familia de las Curculionidae, conocidos como “gorgojos”, el Pselactus spadix genera un serrín muy fino, de tacto similar a los polvos de talco. En cuanto al escarabajo de la ambrosía recibe su nombre del hongo que crece en el interior de túneles, generalmente de maderas verdes y húmedas, del que se alimenta.
Los conocimientos sobre biología y construcción, básicos en la inspección
Para realizar una buena inspección de este tipo de insectos es fundamental conocer a fondo su biología, algo que solo está al alcance de expertos como los de COPLAGA, así como tener unos conocimientos básicos sobre construcción. En este sentido, el primer paso a seguir será detectar el nivel de infestación.
Además de los componentes del equipo habituales en la detección, a veces son necesarias técnicas más sofisticadas. Si la infestación es severa, será necesario contar con la colaboración de un arquitecto técnico o un arquitecto para determinar la estabilidad estructural del edificio y llevar a cabo aquellas medidas importantes que puedan resultar complementarias a nuestro trabajo.
En cuanto a los tratamientos, los de tipo químico son los más utilizados. Le corresponde ejecutarlos a una empresa autorizada como COPLAGA. Para ello se suelen emplear técnicas de pulverización o pincelado exterior e inyección. La fumigación se reserva para cámaras especiales, de cara a controlar a estos insectos en mobiliario, cuadros o imágenes. Si se emplea gas fumigante inodoro, habrá que cubrir la edificación con una lona.
Hay que recalcar que las labores de control deben ser llevadas a cabo por personal especializado como el de COPLAGA, sobre todo para evitar posibles riesgos para personas y animales. En cualquier caso conviene mantener tratamientos preventivos de la madera y aplicar estas mismas prácticas durante la construcción del edificio.
A la hora de afrontar un tratamiento frente a estos coleópteros que pueden atacar a una construcción, sea a su estructura o a su mobiliario, lo más recomendable es contactar con una empresa de la fiabilidad de COPLAGA, llamando a los teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).
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