Si hace unos días hablábamos de la prevención ante los mosquitos, hoy lo hacemos de la toma de acción. Los expertos han empezado a pedir que se extreme la vigilancia por el aumento del calor y las lluvias de las últimas semanas. Ambos factores son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de estos insectos.
Estamos en mayo, y es normal que los termómetros empiecen a situarse con cierta constancia por encima de los 20 grados y que la acción del sol comience a notarse. Igualmente, el hecho de que no solo haya habido precipitaciones, sino que además estas conlleven un acumulación importante de agua, hace que el terreno tenga dificultades para drenarla y se produzcan encharcamientos.
En general, una primavera húmeda supone una mayor probabilidad de dispersión de los mosquitos, con algunas zonas más proclives al desarrollo de Culex o Aedes. En estos momentos, ante el desarrollo de larvas de mosquitos, hay que reforzar esta labor, porque existe mucha más agua estancada y, al ser la temperatura más alta, el ciclo de las larvas se completa con mayor celeridad.
Si no se acaba con ellas de forma rápida, saldrán más adultos. Los tratamientos larvicidas contribuyen a reducir la cantidad de futuros adultos y a no tener que recurrir posteriormente a tratamientos adulticidas. La eficacia de los primeros es mayor que la de los segundos. Una clave es acceder a tiempo a los puntos de agua.
Las administraciones competentes (en este caso las municipales) ya trabajan en ello en las zonas que les corresponden. Las labores de vigilancia y control no paran en todo el año. Siempre hay que estar prestos a actuar, pero estas semanas se deben intensificar para evitar un aumento parejo a la subida de temperaturas.
El llamamiento es extensible a la ciudadanía. Los mosquitos pueden estar muy presentes en ambientes domésticos, como en una simple maceta donde se haya acumulado agua, por lo que hay que lanzar una llamada para el mantenimiento de buenas prácticas en nuestras casas.
Se trataría de mantener acciones de control como vaciar los recipientes donde se haya podido acumular líquido, así como retirar el agua almacenada en nuestras piscinas, clorarla o bien taparlas. Todos estos son gestos a nuestro alcance ayudan a reducir la población de mosquitos, debido a que para este insecto el agua resulta básica para poder desarrollarse hasta llegar a ser adulto.
Si te planteas afrontar un tratamiento larvicida en estos momentos en cualquier ámbito público o empresa que gestiones, o en tu propia casa, y evitar posteriores sorpresas desagradables con los mosquitos adultos, contacta con COPLAGA a los teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para Sevilla).
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