La mosca negra está proliferando por nuestro país hasta convertirse en una auténtica plaga. La subida de las temperaturas por la ola de calor de las últimas semanas, así como la paulatina desaparición en las ciudades de los murciélagos (uno de sus principales depredadores) han provocado que se acelere su ciclo reproductivo y que sus huevos se desarrollen sin mayor problema.
Desde hace unos años este insecto se ha dejado ver con mayor frecuencia en zonas donde antes no se tenía registrado, como en los ambientes urbanos, debido igualmente al efecto del cambio climático. Las ciudades atravesadas por ríos son algunas de las localizaciones donde más pueden llegar a verse.
El ataque de la mosca negra es muy diferente a la picadura de un mosquito, ya que rasga la piel y deja un gran dolor. Inocula una especie de anestesia para que la víctima no se entere, y luego muerde. Su ataque suele provocar hinchazón y heridas que pueden llegar a durar más de una semana. Si no se cuidan estas mordeduras se pueden producir infecciones y reacciones alérgicas que en algunos casos hasta requerirían hospitalización.
Para evitar su ataque es recomendable seguir consejos como vestirse con ropa clara, evitar los ríos o zonas cercanas donde pueden criar, instalar mosquiteras si se vive en alguna zona considerada "de riesgo", utilizar repelentes certificados, controlar los desagües, evitar la acumulación de agua en el exterior de nuestra vivienda y mantener cubiertos los depósitos de agua.
Si a pesar de todas estas medidas observas una presencia de mosca negra que pueda resultarte alarmante, no dudes en ponerte en contacto para su erradicación con una empresa especializada como COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).
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