Mosquitos: un repaso a las especies más comunes en nuestro entorno... y una invitada

La llegada de algunas lluvias y la permanencia de las altas temperaturas auguran un incremento de las picaduras de mosquitos. Algunos trastornos inmunitarios pueden llegar como consecuencia de las reacciones a dichas picaduras. La generación de residuos, la acumulación de aguas residuales o estancadas o el almacenamiento de alimentos contribuyen a la proliferación de diferentes especies y, entre ellas los mosquitos.

Las especies invasoras como el mosquito tigre (Aedes albopictus) son las que acaparan mayor atención mediática, pero el mosquito común, la especie Culex pipiens, es el más abundante y extendido.

De esta los dos biotipos significativos en nuestro entorno son el Culex pipiens pipiens y el Culex pipiens molestus. Este último tipo de mosquito pica por lo general a la salida del sol, a su puesta y durante la noche, y puede favorecer la transmisión de enfermedades como el virus del Nilo Occidental, entre otras.

El Culiseta longiareolata, un mosquito de gran tamaño, es otra especie común en el ámbito cercano a nosotros, pero es inofensivo para las personas, ya que solo se alimenta de aves.

El Aedes albopictus o mosquito tigre, que ya hemos mencionado, es una de las cien especies más invasoras en todo el planeta, aunque es muy sensible a la desecación. Las hembras ponen los huevos en pequeños reservorios de agua como macetas, bidones o huecos en los que se almacena una pequeña cantidad de agua.

El Aedes caspius es una especie distribuida en toda España y Europa. Es muy agresiva y pica durante el día, además de que puede llegar a desplazarse hasta 40 kilómetros de distancia.

Los simúlidos o mosca negra (así llamados por su apariencia) son dípteros del suborden Nematocera, que siempre han existido en las áreas con ríos, arroyos o canales de riego. Sus mordeduras son muy dolorosas porque llegan a seccionar terminaciones nerviosas. Las hembras depositan los huevos directamente en el agua (en el curso alto y medio de ríos y arroyos) y en la vegetación colgante de las orillas.

La primera de las medidas que podemos tomar para reducir el número de picaduras de mosquitos en casa pasa por evitar el acceso de los insectos al hogar. A la hora de utilizar insecticidas es importante conocer sus métodos de aplicación y composición. Si salimos a pasear por el campo se recomienda evitar las zonas con mucha vegetación y los cursos rápidos de agua, en especial al amanecer y al atardecer.

Si utilizas un repelente en esas salidas al exterior, es importante que selecciones uno de larga duración, que no sea irritante para la piel y las mucosas y que sea resistente al agua. En caso de recibir alguna picadura es importante no rascarse.

Cuando estemos hablando de una verdadera invasión de mosquitos en nuestra casa, o cuando la situación sanitaria requiera de una actuación específica en una zona concreta (utilizando métodos que no afecten a la biodiversidad) lo mejor es ponerse en contacto con especialistas como los de COPLAGA. Accede a nosotros a través de los teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).