Ratas: La basura y las grietas, dos elementos clave para que no entren en casa

La mejor manera de luchar contra las ratas es no permitir que entren a nuestra casa. Varias señales pueden alertarnos de su presencia: excrementos cerca de alimentos expuestos, telas o papeles desmenuzados, agujeros roídos de hasta 5 centímetros de ancho en la madera o el yeso, manchas de grasa en la pared, sonidos en las paredes y techos o que nuestra mascota se quede mirando intensamente una pared vacía. ¿Qué podemos hacer para mantenerlas lejos de nuestro hogar?

Uno de los métodos más efectivos para lograr un edificio a prueba de ratas es cambiar nuestros hábitos de manejo de la basura casera, empezando por disponerla correctamente. Mantenla en contenedores fuertes y bien cerrados, que no se puedan roer. Deshazte de cualquier acumulación de basura cercana a tu casa o edificio que favorezca los nidos de ratas, y sitúala lejos de aberturas que estos roedores puedan usar para entrar.

Si vas a almacenar comida, usa recipientes seguros, con tapas que cierren bien. Alimenta a tus mascotas dentro de casa, y recoge sus platos tal como terminen. No des de comer a las aves silvestres. Si tienes jardín, mantén los arbustos y las plantas libres de maleza, y a una distancia de al menos 50 centímetros de las paredes.

Sellar la casa es otra de las maneras correctas de prevenir una posible llegada de ratas. Actúa sobre todos los agujeros y aberturas, incluso aquellos que puedan parecerte pequeños. Cierre posibles grietas en las paredes y los suelos. Utiliza silicona u otro tipo de sellador o espuma aislante, y refuérzalo con malla metálica.

Si a pesar de todo has observado en tu domicilio algunas de las señales a las que hacíamos referencia al principio de este artículo, ponte en contacto con una empresa especializada en el control de las ratas como COPLAGA, a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla). 

Cucarachas: ¿Por qué aparecen en nuestra casa y no en la de nuestros vecinos?

Las cucarachas llevan conviviendo con nosotros desde el principio de la existencia del ser humano. Como el resto de blatodeos, acumulan millones de años perfectamente adaptadas a casi cualquier entorno de la tierra, y cuentan con una gran capacidad de resiliencia. Pero ¿por qué prefieren nuestra casa a la de nuestros vecinos?

Hay una serie de cosas que hacemos que les procuran un entorno propicio para crear una colonia. Son insectos que viven de la carroña, como los restos de comida olvidados, o de alimentos almacenados. El cubo de la basura puede ser uno de sus lugares predilectos. Otro elemento que les favorece es el calor. No tienen capacidad para regular su temperatura corporal, por lo que si hace frío no pueden prosperar. Dos factores más que se suman a los que hay que tener en cuenta son la humedad y la oscuridad.

Acorde a estas características, un punto de atracción para las cucarachas puede ser una nevera contra una pared que apenas limpiemos por detrás o por debajo. Ahí se pueden acumular restos, o eventualmente puede caer agua. Sin salir de la cocina, habrá que limpiar quitando los embellecedores de los muebles y aspirar periódicamente a conciencia los bajos, algo extensivo en otras zonas de la casa a los sofás y los sillones. Tampoco debemos olvidar los rincones donde se acumule el polvo ni las traseras de muebles, y en general de todos los grandes electrodomésticos.

Debemos estar igualmente atentos a la aparición de grietas, y sellar todas las que pueda haber, especialmente las provocadas por las tuberías. Localiza cualquiera que conecte con otras casas o con el exterior. Basta con que aparezca en la cañería de un lavabo de un cuarto de baño alguna que pueda conectarse con un falso techo o con la zona donde se guarda la basura. De hecho, debemos limpiar con frecuencia el armario donde guardemos este cubo.

Si la presencia de cucarachas ya ha llegado a niveles preocupantes más allá de alguna esporádica, lo mejor será que te pongas en contacto con una empresa especializada en el control de plagas como COPLAGA, a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla). 

Alimentar a palomas, patos o gatos, causa directa e indirecta de plagas en las ciudades

Pocas veces se conciencia a los ciudadanos sobre el riesgo de plagas que supone un gesto tan habitual como echar migas de pan a las palomas o los patos o dar de comer a los gatos. Alimentar a los animales ajenos en la vía pública no sólo no está permitido, sino que genera un constante problema de salud pública, ya que los restos de comida favorecen la proliferación de plagas.

Aunque pueda parecer que se está haciendo algo "amable" con los animales, en realidad se favorece una excesiva proliferación de estas especies, alterando sus modos de vida y sus ciclos naturales de reproducción, ayudando a que se multipliquen con mayor facilidad, lo que les convierte en sí mismos en una plaga.

De hecho, los Ayuntamientos reciben centenares de denuncias cada año por molestias ocasionadas por palomas y solicitando capturas. Además, los restos de esa comida arrojada en la calle impulsan otras plagas añadidas, como las ratas o las cucarachas.

Las plagas a su vez pueden ser un vector para la transmisión de enfermedades a los humanos, además de provocar molestias y rechazo. En este sentido, la colaboración ciudadana es imprescindible. En las ordenanzas de algunas poblaciones está recogido que la alimentación de gatos callejeros sólo puede hacerse por parte de personas autorizadas en las colonias felinas.

Otro problema importante a colación con este es dejar basura fuera de los contenedores, ya que los restos acaban en las aceras y atraen también a otras plagas no deseadas, lo que conduce a tratamientos de desratización y desinsectación.

Paralelamente a campañas concretas, los Ayuntamientos deben trabajar en el control integral de plagas, a través de la adjudicación de servicios a empresas especializadas. Mediante estos contratos se trataría de impulsar un programa integral, no sólo sea de tipo correctivo a partir de la actuación ante quejas y denuncias, sino que también permita prever la presencia de plagas con tratamientos anticipados, antes de causar molestias.

En este ámbito deberían incluirse un diagnóstico de la situación inicial y anual; la elaboración de ese plan integral, que abordaría la necesidad de tratamientos en diferentes zonas de titularidad municipal; y la monitorización y tratamiento de todos los registros de alcantarillado público frente a roedores e insectos; sin descuidar la atención a solicitudes, denuncias y avisos.

Si gestionas el área de salud ambiental de algún Ayuntamiento y quieres afrontar el control de las plagas que directa o indirectamente genera la alimentación de animales urbanos, o si más allá te inclinas por desarrollar un plan integral, ponte en contacto con COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).

Chinches: por qué han vuelto y dónde nos las podemos encontrar

Las chinches han aumentado hasta un 20% en España en los últimos tiempos. Esta especie se había dado por erradicada hace más de medio siglo, pero en la actualidad hay algunas zonas en las que se ha convertido en un problema de salubridad. Con la previsible apertura del tránsito interprovincial en semanas, es algo que hay que tener muy en cuenta.

En años anteriores el problema era más habitual en los hoteles, pero ahora los lugares más perjudicados son los apartamentos turísticos ubicados en ciudades con abundante afluencia de viajeros. A pesar de los prejuicios existentes, la aparición de estos parásitos (se alimentan de nuestra sangre para comenzar a expandirse) no siempre se debe a la falta de higiene.

Actualmente su aparición está más relacionada con los desplazamientos entre países y el aumento del turismo. De hecho hay que explicar que las chinches ni vuelan ni saltan por lo que se les puede considerar unas "excelentes autoestopistas". Se les suele encontrar en la ropa, el equipaje, los muebles u otros objetos.

Algunas medidas pueden ayudarnos a evitar su proliferación y a prevenir sorpresas en el alojamiento turístico donde nos quedemos durante nuestra estancia. Cuando en poco tiempo reemprendas los viajes, acuérdate de revisar las sábanas, almohadas y colchones en tu alojamiento. No deposites tu equipaje encima de las camas. Y si por desgracia ya has sufrido alguna picadura, comprueba si existen manchas de sangre en tu ropa o en la cama.

Pero también puede ser que ya estén en casa. En caso de que tengas sospechas de haber sufrido una infestación tras un viaje, a la vuelta pon en cuarentena el equipaje en un lugar alejado del dormitorio. Si confirmas que está contaminado, lava la ropa a 60C. Por otra parte, evita comprar colchones o almohadas de segunda mano. Otro lugar donde las chinches y sus huevos se pueden ocultar es en los cestos de ropa, así que límpialos también a fondo.

En general se trataría de que reducir sus posibles escondites. Y sobre todo, ten cuenta que para acabar con las chinches no debes emplear insecticidas domésticos, porque ejercen el efecto contrario al buscado, y expandirán la plaga. En dicho caso, acude a una empresa que te ofrezca una gestión y un control profesionales como única manera de atajar el riesgo de una rápida proliferación.

Por experiencia y capacitación, una opción de garantías para acabar con la expansión de las chinches, ya sea en un establecimiento turístico o en tu propia casa, es contar con los servicios de COPLAGA, a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla). 

Plagas: ¿cuáles son las que generan más costes en España?

Los daños causados por algunas plagas hacen estragos. La Asociación Española de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha repasado cuáles son las plagas que generan más costes en España. En los puestos de cabeza de los vectores que causan un mayor gasto económico, tanto para las instituciones públicas como para las empresas y personas particulares, se sitúan las ratas, las cucarachas, las termitas y los mosquitos.

El coste que hay que 'pagar' por la presencia creciente de plagas es muy alto, y afecta principalmente a nuestra calidad de vida y a nuestra salud. Tampoco hay que olvidar que estas plagas suponen además un gasto enorme tanto para los sistemas sanitarios y las Administraciones públicas como los propios particulares.

La extrema velocidad de reproducción de las ratas, unida a su capacidad vectorial de transmisión de enfermedades tan graves como la leptospirosis, el hantavirus o la toxoplasmosis, las convierten en un peligro. La precariedad en los sistemas de contratación de los servicios para su erradicación está muchas veces detrás del problema, y es algo que además se ha acrecentado debido a la actual crisis del coronavirus.

Por su parte, se puede decir que las cucarachas constituyen la plaga por excelencia en nuestro país. Son responsables de grandes pérdidas económicas por la contaminación en los alimentos, siendo transmisoras de graves enfermedades como la disentería o la salmonelosis. Igualmente se ha demostrado su papel clave en el desarrollo de múltiples tipos de alergias y de asma.

A pesar de su pequeño tamaño, el poder destructivo de las termitas es inmenso. Se alimentan de la celulosa contenida en la madera, por lo que pueden llegar a comprometer seriamente las estructuras de construcciones basadas en este material. Cabe señalar en este sentido que en España más del 90% de los edificios construidos antes de 1920 poseen estructuras de madera.

La amenaza por la acelerada proliferación de algunos tipos de mosquitos también se ha vuelto preocupante. Junto a la presencia de variantes del género Aedes como el Aedes albopictus, también conocido como 'mosquito tigre', o el Aedes japonicus, en nuestra zona el verano pasado se convirtieron en protagonistas los del género Culex (Culex pippiens y Culex perexiguus), debido a los casos registrados de virus del Nilo Occidental.

Desde ANECPLA insisten en la importancia de acudir a servicios profesionales de control de plagas, que abordarán el problema a partir de factores como el ciclo biológico, las condiciones ambientales, el nivel de infestación o la minimización de impactos sobre el medio, las personas y los animales. Si quieres una empresa de garantía, contacta con COPLAGA a los teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla). 

Plagas en avicultura (II): ácaros rojos, escarabajos de la cama y roedores

Retomamos hoy el análisis del control de plagas en una explotación aviar. Comprender la biología y etología de cada vector nos ayudará a evitar que se establezcan como problema, y si esto ya ha ocurrido, nos proporcionará la forma de solucionar su presencia. En este artículo nos centraremos en tres casos: el ácaro rojo de las gallinas (Dermanyssus gallinae), el escarabajo de la cama (Alphitobius diaperinus) y los roedores en general.

El ácaro rojo es un pequeño arácnido que causa infinidad de problemas en las naves de avicultura de puesta. Siempre ha estado presente, pero con el paso a naves de ambiente controlado con jaulas en batería se han acrecentado. Se debe a que con las nuevas condiciones de crianza se han facilitado también sus necesidades.

Tienen un comportamiento principalmente nocturno. Parasitan a las gallinas durante un corto periodo de tiempo, y se sienten atraídos por sus olores y movimientos, su temperatura y su emanación de CO2 al respirar.

Las medidas preventivas son fundamentales, ya que son muchas semanas las que tendrían que pasar hasta lograr un vacío sanitario completo en la granja. Una limpieza continua de polvo, suciedad, plumas, la retirada de cadáveres, el manejo de un posible exceso de humedad y el control del trasiego de herramientas, equipos y personal ayudarán a controlarlo.

A la hora de afrontar tratamientos completos, existen soluciones naturales, como concentrados enzimáticos que atacan la pared del ácaro, o nuevos insecticidas usables en presencia de animales.

El escarabajo de la cama, distribuido en la avicultura de engorde, es un coleóptero de hábitos nocturnos. Se esconden como mecanismo de escape o para anidar y reproducirse. Se sienten atraídos por el calor, la humedad y el amoníaco de las camas de las aves. Los adultos se alimentan de pienso, mientras que las larvas suelen hacerlo de materia orgánica en descomposición.

Si se saca a los animales de la granja, el escarabajo de la cama tarda como mucho entre 24 y 48 horas en migrar hacia otros escondrijos, por lo que es vital que el control con productos larvicidas y adulticidas se produzca en este intervalo de tiempo.

Por su parte, la rata gris, la rata negra y el ratón son animales que suelen buscar alimento y cobijo en las explotaciones aviares para establecer sus núcleos poblacionales. Se deberá identificar al tipo de roedor presente, para así poder elegir el cebo más adecuado.

Habrá que buscar indicios de su presencia y de los lugares que frecuentan y de sus posibles madrigueras, ya que nos servirá para trazar un mapa de colocación de los portacebos lo más eficiente posible y para decidir el tipo de cebo que se use. La monitorización del consumo de cebo nos informará del tamaño de la población y de si el emplazamiento de los portacebos es el idóneo.

En general, si quieres contar con el asesoramiento y la intervención de una empresa especializada en el control y erradicación de estas posibles plagas en una explotación aviar, ponte en contacto con COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla). 

Plagas en avicultura (I): medidas preventivas y reactivas para su control

La avicultura y sus sistemas de crianza han sufrido cambios con el paso del tiempo. Sin embargo, no sólo los avicultores van avanzando para obtener un mayor rendimiento o una menor incidencia de las enfermedades, sino que también los propios causantes de esos problemas, los microorganismos y sus vectores, se adaptan igualmente a ese sistema cambiante.

El control de vectores se convierte más en una obligación que en una opción. La presencia de plagas en las instalaciones avícolas supone un problema, ya que pueden provocar la contaminación de los alimentos para los animales, daños materiales, estrés y malestar tanto en los animales como en los propios trabajadores, un descenso en el rendimiento productivo, afecciones, lesiones e incluso un aumento de mortalidad de los animales.

Se suma que son el principal medio de entrada y diseminación de enfermedades en una explotación. Algunas enfermedades que se transmiten por estos vectores son la salmonelosis, colibacilosis, campilobacteriosis, estafilococias, Marek, Gumboro, Newcastle, Influenza aviar, micoplasmosis y clostridiosis.

Para el control de vectores hay dos maneras de actuar, la preventiva y la reactiva. Para prevenir su entrada y desarrollo en las naves habrá que manejar adecuadamente las fuentes de agua y alimento, revisar de forma continua las barreras físicas y arreglar los desperfectos, revisar el perímetro externo e interno de la nave y reducir el trasiego de material de trabajo entre naves.

En cuanto al enfoque reactivo, las acciones correctoras se basan en la mayoría de los casos en la utilización de productos para el control y eliminación de las plagas en cuestión. Para los insectos y ácaros se pueden emplear larvicidas y adulticidas, mientras que para los roedores rodenticidas anticoagulantes.

Para el control de vectores debemos centrarnos en la plaga en cuestión, y sobre todo en su ciclo de vida, modo de alimentación y reproducción y comportamiento e interacción con el medio en que se desarrolla por sí misma o con el animal de crianza.

Comprender la biología y la etología del vector nos ayudará a evitar que se establezcan como un problema, y en el caso de que ocurra nos aportará la forma de solucionar su presencia. Si gestionas una explotación avícola y quieres contar con la experiencia que te puede aportar COPLAGA en este campo, ponte en contacto con nosotros a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).

Primavera, plagas y mascotas

La Agencia Estatal de Meteorología ha adelantado que se prevé una primavera más cálida de lo normal, que traerá consecuencias en la proliferación de plagas que pueden afectar a nuestra salud y a la de nuestros animales de compañía. Ahora los parásitos externos son mucho más frecuentes. Estos se enganchan al pelo o a la piel de las mascotas y pueden suponerles un malestar muy intenso, picores, dermatitis y transmitirles algunas enfermedades graves.

El aumento de las temperaturas incrementa los casos de parasitosis zoonósicas, provocando que mosquitos y garrapatas (como vectores más comunes) puedan desarrollar su ciclo vital en regiones donde anteriormente unas temperaturas más frías se lo impedían. Este incremento térmico favorece igualmente la proliferación de pulgas, un parásito que causa una de las alergias más frecuentes en los animales de compañía.

Otra de las enfermedades en las que crece su incidencia en primavera es la leishmaniosis, que se transmite mediante la picadura de un mosquito flebótomo infectado. Si no se trata adecuadamente causa problemas de salud graves, pudiendo derivar en la muerte del animal. La leishmaniosis se ha ido extendiendo por el mundo porque con el cambio climático y el aumento de temperaturas el mosquito vector puede volar más hacia el norte, contagiando más de lo que lo hacía antes.

La procesionaria es otro peligro de la primavera, pues solamente un pequeño contacto con ella puede convertirse en una urgencia. En casos de extrema gravedad puede incluso suponer la muerte de nuestra mascota. Esta oruga contiene unos pelos urticantes a su alrededor que, una vez se clavan, liberan una sustancia tóxica que produce una irritación grave, inflamación y necrosis de los tejidos. Algunas regiones han notificado este año un incremento de la procesionaria incluso antes de la primavera, debido al aumento de las temperaturas y a la falta de tratamientos de esta plaga.

En general, el cumplimiento de las pautas de tratamiento preventivo está todavía por debajo de los estándares recomendados. Si quieres garantizarlas y con ello tu salud y la de tu mascota ahora que estamos empezando a notar la primavera, contacta con COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).  

Gaviotas patiamarillas: potenciales transmisoras de la bacteria 'E. Coli'

Una plaga de gaviotas puede generar un buen número de problemas de salud a la población. Hay casos en los que la densidad de estas aves en algunas ciudades supera con mucho los límites aconsejables, y puede repercutir en la aparición de numerosos trastornos tanto de tipo respiratorio como intestinales.

Las gaviotas patiamarillas (Larus Michahellis) están consideradas transmisoras de bacterias como el Escherichia Coli (E. Coli), que genera una multirresistencia a un gran número de antibióticos, tal como ha demostrado un estudio del Hospital Clinic, la Universidad de Barcelona y la Agencia de Salud Pública de esta misma ciudad.

Esa investigación ha detectado que las heces de esta variedad de gaviota contienen una concentración media de E. Coli superior a la que está presente en otras aves salvajes. Más allá aún, se estima que España es el país europeo donde las gaviotas poseen unos niveles mayores de resistencia a agentes antibacterianos.

Esta resistencia ha aumentado especialmente en los últimos años, lo que hace que se convierta en una seria preocupación. Hay que insistir en la importancia del control de especies plaga avícolas en los entornos urbanos, tanto por los graves problemas de salud pública que pueden acarrear como por los innumerables desperfectos que ocasionan en el patrimonio de las ciudades.

Las medidas más eficaces para conseguir este control son no proporcionarles alimento (algo para lo que la colaboración ciudadana es fundamental) y poner la prevención y la solución del problema en manos de profesionales como el equipo de COPLAGA.

La eficiencia del plan de gestión de plagas aviares que se pueda contratar requerirá de una continuidad de estos programas a medio o largo plazo, algo que muchas veces no se tiene en cuenta, y que termina siendo una causa frecuente del no cumplimento de las expectativas y objetivos que se hayan previsto.

Si quieres asegurarte la máxima fiabilidad en un programa de prevención y gestión frente a especies como las gaviotas patiamarillas, tanto por los riesgos para la salud pública como para la integridad de los edificios, contacta con COPLAGA a los teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).

Mosquitos: la importancia de adelantar los tratamientos para prevenir posibles plagas en verano

Los Ayuntamientos de algunas poblaciones han empezado a adelantar en casi dos meses sus campañas de tratamiento y acciones preventivas para tratar de evitar las plagas de mosquitos que en los últimos veranos se han sufrido en muchos de esos lugares. El desbroce y la aplicación de tratamientos larvicidas son dos de las piezas clave en esta primera fase.

El objetivo es trabajar con anticipación y previsión para minimizar el impacto de la proliferación de los mosquitos en sectores como la hostelería o el comercio, al tiempo que se mejora la calidad de vida de los ciudadanos y de los posibles visitantes, sobre todo en vista a una posible apertura de los desplazamientos de cara al verano.

Es importante en este sentido que no se descuiden los desbroces periódicos de vegetación donde esta sea abundante. En este proceso se debe proteger la fauna y la flora autóctonas, entre otros aspectos para hacerlo compatible con la época de cría de aves de manera que las labores tengan el menor impacto posible.

Al mismo tiempo, el desbroce favorece el acceso a ciertas zonas para poder aplicar los tratamientos larvicidas, especialmente en aquellos puntos donde prolifera con mayor intensidad la población de mosquitos por las condiciones de temperatura y humedad. Se respeta por encima de todo que el producto sea biológico, y por tanto inofensivo con otras especies animales o vegetales.

Estos tratamientos larvicidas deben ser extensivos igualmente a imbornales y alcantarillas. En el caso de los mosquitos en edad adulta se debe proceder con tratamientos adulticidas, a base de fumigaciones que se realicen con camiones o camionetas y siempre en horarios que eviten causar trastornos sobre la ciudadanía.

La duración las tareas se prolongarán más o menos en función de la población de mosquitos que pueda aparecer a lo largo de la temporada y según las condiciones de temperatura y humedad.

Si quieres prevenir con suficiente antelación la aparición anual de mosquitos en tu población, domicilio o zona rural, tanto en su fase de larvas como en su edad adulta, ponte en contacto con COPLAGA a través de nuestros teléfonos 956 83 47 58 (para la provincia de Cádiz) ó 955 66 74 08 (para la de Sevilla).